Este tipo de
decisiones se conocen usualmente con el nombre de decisiones criticas.
Y son críticas
porque son decisiones en las que no podemos permitirnos fallar, por el precio de sus consecuencias.
Algunas
veces estas decisiones pueden ser una parte, quizá vital, de un proceso mayor o
quizás sean parte de una crisis que nos lleva a situaciones límites sobre las cuales debemos tomar decisiones rápidas y actuar. O quizás sea una decisión critica en un
proceso operatorio donde el médico debe tomar decisiones
cruciales para salvar una vida.
Uno de los
aspectos que caracteriza a las decisiones criticas es que frente a ellas
habitualmente estamos expuestos a mucha presión, presión que nos dificulta las
cosas, porque si nos equivocamos en la decisión que tomemos, podemos
perder “aquello que no queremos perder”,
sea dinero, activos, una amistad, un trabajo, una relación de pareja y hasta la
vida misma.
Para
ayudarte a tomar decisiones en circunstancias criticas, te damos a continuación
una serie de recomendaciones que extrajimos del libro titulado: “Estrategias” de
Jeremy Kourdi.
Estas recomendaciones son como especies de técnicas que pueden ayudararte a ser más asertivo a la hora
de tomar una decisión.
PARA DECISIONES CRÍTICAS, TEN EN
CUENTA LO SIGUIENTE:
Equilibre los detalles
con un panorama general: Presta atención a los detalles, pero
sin perder de vista el objetivo principal.
Confié en la intuición:
Al tomar decisiones criticas,
debe confiar en tu propio criterio,
aceptar la responsabilidad, sin transferir a otro la responsabilidad de
decidir. La intuición te da indicios de lo probable o no y es un importante
factor que no debemos desestimar.
Evite la parálisis por
demasiado análisis: Evite el error de caer en un análisis
sin fin de las opciones sin llegar nunca a una decisión; el exceso de análisis
puede desviar los esfuerzos y desenfocarte. Si vas a decidir por algo, analiza y decide. El tiempo puede agravar o favorecer, esto es muy relativo.
Evalué todas las
opciones posibles: Asume una perspectiva amplia para evalar las opciones; evite la visión de
túnel y considera como la decisión afectara a otros, que expectativa tiene esa decisión,
que factores influyen en los resultados.
Así, como debes cuidarte de una parálisis por exceso de análisis, debemos
también cuidarnos de no investigar lo suficiente. Todo exceso y déficits son
malos.
Minimice los riesgos: Analice de que manera se pueden reducir los riesgos, aumentando la
posibilidad de éxito, pero también que se puede hacer si las cosas empiezan
apartarse del curso esperado. Observa o imagínate
cuales serian las consecuencias del fracaso (¿Valdría la pena asumirlos?) y si
la decisión se toma, cuales serian las consecuencias positivas de decidir. Lo importante es ver los pro y los contra de
una u otro aspecto, sin quedarte toda la
vida analizando y decidiendo.
Basa tu decisión en la
mejor información disponible: Para tomar la decisión correcta lo mejor es estar bien informado. No
descartes información por obvia y/o irrelevante. Trata de informarte a través de las mejores fuentes disponibles,
asesorate.
Sea práctico: Esto significa evaluar que tan viable es la decisión. Muchas decisiones criticas fracasan porque,
aunque parezcan lógicas en teoría, en la práctica son imposibles de realizar.
¿Qué te parecen estas
recomendaciones?
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Hasta nuestro próximo post preventivo