viernes, 12 de noviembre de 2021

La autoestima es la suma de 4 componentes indispensables. Te los describiremos uno por uno.


Por Belkis Moreno.

La autoestima es como el agua y el oxigeno en nuestro cuerpo. Si escasean, es riesgoso para nuestra vida.  Se requiere de un nivel óptimo de cada uno, para que el cuerpo funcione bien. ¡Y esto es sine quanon!

La autoestima también es un tema del cual se habla mucho, se publica mucho en redes; pero quizás, pocas veces, muy pocas, nos mueve a profundizar y responder preguntas cuyas respuestas deberíamos tener claras en cierto momento de la vida.

¡Eso pensamos!

Por ejemplo….Para quienes hemos tenido que visitar a un psicólogo alguna vez en la vida, por problemas de diversa índole, quizás hemos quedado sorprendidos cuando nos enfrentamos a las siguientes interrogantes:

¿Qué dicen de mi autoestima los hechos que he vivido y cómo yo los he afrontado?

¿Tengo una autoestima saludable que me ayuda a mis propósitos de verdad verdad? ¿O aparento tenerla?

¿Se ha debilitado mi autoestima en los últimos años?

Para ayudarte a responder a estas interrogantes, a continuación te daremos información importante que esperamos leas con mucha atención.    

 ¡Te invitamos a comprometerte!

El objetivo es ayudarte a estar claro con respecto al concepto de autoestima, cómo se forma la autoestima y cuáles son los componentes que la integran, porque…¡atención!... no nacemos con tal o cual tipo de autoestima.

La autoestima no es heredada ni viene impresa en nuestra genética, esto lo afirman la mayoría de los especialistas, entre ellos el psicólogo argentino Bernardo Stamateas. 

La autoestima no nace por generación espontánea, se desarrolla en el tiempo.

QUE ES LA AUTOESTIMA Y LOS 4 PILARES QUE LA CONFORMAN

La palabra autoestima viene del latín “aestimare” que significa evaluar, tasar, valorar. 

Pero… ¿evaluar qué?  

El concepto de autoestima hace referencia a cuanto nos queremos a nosotros mismos.

 Si nos auto valoramos o, por el contrario, nos auto rechazamos.

La autoestima es esa percepción mental valorativa (positiva o negativa) que tenemos de nuestro ser, de quienes somos, de nuestras capacidades, fortalezas, de esa confianza en nosotros mismos de hasta dónde podemos llegar.

En términos sencillos,es la auto-imagen mental que creamos de nosotros mismos. 

Esa autoimagen implica sentimientos, pensamientos, sensaciones, creencias, que hemos acumulado en la memoria a través del tiempo, especialmente por la interacción con otras personas (familia, amigos etcétera) y que nos llevar a hacernos una teoría de nosotros mismos.

Una “teoría” que funciona como un auto esquema que puede ser positivo o negativo.

Por ejemplo, si cuando pequeños fuimos muy rechazados, quizás en nuestra memoria quedo la idea de que somos torpes, fracasados.

Si por el contrario, fuimos bien acogidos, y nuestros talentos fueron bien valorados, nuestra autoestima será alta, con fe en nosotros mismos y nuestras capacidades.

¿Captas la idea?

Definitivamente nuestra autoestima es el resultado de una historia previa, tal como afirmo el psicólogo Walter Riso.

LOS 4 PILARES DE LA AUTOESTIMA:

Bueno…ya tenemos una idea de lo que es la autoestima.

También que la misma se forma progresivamente en nuestra memoria desde que nacemos.

Pero a la hora de querer nosotros auto-conocernos con la intención de mejorar nuestra autoestima (de seguro alguna vez en la vida quizás debamos hacerlo), lo recomendable es conocer a detalle, no solo como se forma la autoestima, sino cuáles son sus pilares o componentes que principales que la configuran.

Esto para hacer un mejor acercamiento del tipo de autoestima que podemos detentar y comprender mejor como influye ésta ( como causa de nuestras circunstancias) y cuál debe ser el camino para mejorarla y equilibrar las cosas. 

Además, según el psicólogo clínico Walter Riso, del cual somos fieles seguidores, si uno de estos componentes o pilares falla (los cuales están muy interrelacionados),“será suficiente para que tu autoestima se muestre coja e inestable”.

Por eso, y por mucho más…aquí te presentamos los 4 pilares que configuran la autoestima:

Veamos uno a uno.

Numero uno:

El Autoconcepto: ¿ Qué piensas de ti mismo?

Como es lógico pensar, el autoconcepto se refiere a que piensas de ti, al concepto que tienes de tu persona. 

Según el psicólogo clínico Walter Riso, así como te ves, así te tratas a ti mismo. 

“Que te dices y como lo haces”, revela como de ves a ti mismo.

Si te consideras una persona valiosa, de seguro serás comprensivo y flexible a la hora de evaluar tus actuaciones.

Pero si te ves como una persona llena de defectos, incluso hasta fea, utilizarás una mala autocritica, incluso serás cruel contigo, te acusaras de todo lo malo, te compararas con otros constantemente, auto-castigándote y auto generándote estrés.

Caso inverso, si, por el contrario, tu autoconcepto es positivo.

De seguro no serás cruel contigo mismo, serás comprensivo, no te impondrás metas inalcanzables, ni te autoexigiras hasta el cansancio.  

¿ Se te parece o no a ti?

Tendrás paciencia y reconocerás tus derechos, así como reconocerás los de otros.

 Te permitirás comerte tu barquilla preferida sin sentirte culpable o te vestirás bien sin sentirte vanidoso y superficial. 

¿Captas las diferencias?

Numero dos:

La autoimagen:

La autoimagen está referida al Auto-juicio estético que impera en nuestro interior y que responde al patrón ideal de belleza que comparte cada uno de nosotros.

El patrón ideal de belleza lo aprendemos a través de nuestras experiencias personales y sociales del entorno inmediato en que crecimos.

Si crecimos en un entorno en donde no formábamos parte del club exclusivo de los más guapos, entonces, quizás, nuestra autoimagen será negativa o “algo” negativa en cuando a nuestros atributos físicos. 

¡El famoso Patito Feo no es solo ficción¡ escribió en uno de sus libros, el psicólogo Walter Riso.

En cambio, si tu experiencia con tu entorno más inmediato fue de aceptación, sin tanta disparidad entre lo lindo y lo feo, el peso de la comparación para ti será más pasable y saludable, sin obsesiones.

Lo ideal es que nuestra autoimagen sea lo más equilibrada posible.

Equilibrio significa no poseer un criterio de perfección física obsesivo, irreal, inalcanzable, que nos perturbe nuestra tranquilidad.

Equilibrio es tener tu propio criterio de lo bello o lo estético, sin sentirte acosado por los demás. 

Equilibrio es destacar, sin pena, las cosas que te gustan de ti y no magnificar las que no te gustan, sin fijaciones mentales que te hagan sentir mal. 

Tercero:

Autorrefuerzo:

Este componente implica una pregunta clave: ¿Qué tanto te premias y te das gusto?

Como es lógico, si nunca te das gusto, si no te dedicas tiempo para ti, si no te expresas afecto, tu autoestima es insuficiente.

¿Vives para trabajar?

¿Te sientes culpable porque te tomas un tiempo para descansar?

Conocimos un caso de una abuela que iba a la casa de su hijo, donde estaban, por supuesto, sus nietos, y se quejaba porque sentía que “estoy perdiendo el tiempo”, ya que pertenecía a una religión y se sentía culpable de robarle tiempo a la predicación.

Muchas veces la carencia de autorreconocimiento nos lleva a caer en una dislexia emocional, con la cual perdemos la capacidad de sentir la vida, en el amplio sentido de la palabra. Cuidado con esto.

Cuarto:

AutoEficacia:

El ultimo pilar o componente de la autoestima: la autoeficacia.

Los retos y desafíos son el alimento del cual se nutre el autoconcepto y le dan sentido a la vida.

La convicción y la confianza de que es posible alcanzar los resultados que esperamos, que si podemos lograrlo, es lo que se denomina autoeficacia.

Por lógica, si te  sientes incapaz, si te  dejas vencer por el miedo, si no crees en ti mismo, tus retos personales serán pobres, evitaras enfrentar los problemas y, por ende, tu autoeficacia será pobre también.

Algo importante es que si tu autoeficacia es baja, los fracasos estarán más disponibles en tu memoria que los éxitos, así lo afirma el psicólogo clínico, Walter Riso.

Tus evocaciones serán más negativas que positivas y esto te predispondrá para cometer más errores o fracasar.

Para finalizar, te exhortamos a ponerte a prueba y arriesgarte a asumir retos, solo así sentirás que tu autoeficacia puede crecer. ¡Eso sí, sin correr peligro!

Esperamos que este post haya sido de utilidad para ti.  Para amarte a ti mismo debes autoconocerte y descubrir tus fortalezas y debilidades para equilibrar la balanza y gozar de un equilibrio que sea sano.  ¡Okey…!