By: Belkis Moreno @produsegval
Una verdad muy conocida y aceptada por todos radica en que la mejor forma de estimular la creatividad consiste en formular preguntas.
Siempre que nos hablan de las preguntas, nos imaginamos a los niños.
¡No hay seres más creativos y preguntones que
los niños! Segurísimo estarás de
acuerdo.
De hecho, te pedimos un favor, contesta esta pregunta: ¿Cuál
es la palabra favorita de un niño? ¡Ah!, es obvio que acertaste: la palabra es: ¡Por
qué!
Y hacemos alusión a los niños, porque preguntar es parte del proceso de inquirir que es, a su vez, parte
vital del crecimiento personal.
El Poder de inquirir, de indagar, que nace con nosotros.
Poder que vamos desarrollando, educando; y que nos permite desde niños ir socializando, adaptándonos al mundo.
Preguntando conocemos, entendemos el mundo que nos rodea, buscamos
respuestas (y esto continua de por
vida).
Para el consultor Donald J. Noone, escritor del emblemático bestseller: “Solucione sus problemas creativamente”, editorial Gestión 2000; interrogar es “provocar, estimular, aguijonear y ensanchar”.
“Si dejamos de hacer preguntas, la creatividad
queda soterrada”.
Esto asegura J.Noone, invitando en su emblemático libro, a
que “Dejemos que asome el niño que llevamos dentro”, para no perder nunca esa
capacidad de indagar, de inquirir, como parte de un enfoque vital.
Enfoque vital que nos permitirá aprender a interpretar mejor la realidad e incrementar la capacidad de resolución de problemas.
Capacidad que es una de las habilidades blandas más exigidas en el ámbito laboral, y en todos los ámbitos de la vida para alcanzar los objetivos. ¿Estás de acuerdo?
La idea no es preguntar
por preguntar.
La persona que pregunta es un ser inquieto e insatisfecho que
busca algo que otro tiene, así lo describe Noone.
El principal motivo para formular una pregunta es la búsqueda
de información que nos llevara a nuevas ideas y soluciones.
Desde inscribirte en un curso a través de una red social,
preguntar un precio en una tienda por internet, hasta auditar un proceso en una
organización, o indagar como solucionar un trámite; todo ello implica preguntas
y respuestas.
Toda pregunta, a grosso modo, implica una serie de partículas
interrogativas: Quién, qué, dónde, por
qué, cuándo, cómo.
Como lo explica Noone, hacer una pregunta es fácil, solo
debes identificar lo más claro posible el objetivo de indagación y enmarcar una
frase entre signos de interrogación, anteponiendo una o varias de las partículas interrogativas
mencionadas.
¿A qué hora debemos estar allí?, ¿Quién será el encargado de
entregar la mercancía? ¿Para qué te
sirvió la lectura que estás haciendo en este momento? ¿Y por qué te interesa?
Una aclaratoria importantísima que debemos recalcar: ¡La idea
no es preguntar por preguntar!
Hay preguntas que no llevan a ninguna parte; además te hacen
ver como una persona desenfocada y algo estúpida.
Estas preguntas- desorbitadas- son tipo bucle, es decir, son
preguntas fuera de contexto, o mal formuladas, o exageradamente obvias, redundantes, que se convierten en un bucle
que oscurece en lugar de aclarar.
Y ese tipo de preguntas no permiten generar nuevas ideas y
complican la obtención de soluciones. ¡Y ese no debe ser el objetivo de un buen
interrogador! No, No.
Las preguntas poderosas que sí habilitan
Como te describimos en el título de este escrito, saber hacer
preguntas poderosas puede llevarte rápido a captar nuevas ideas, a definir y
seleccionar la solución adecuada.
Una pregunta poderosa, ¡por supuesto!, debe estar bien
direccionada hacia el objetivo de indagación.
Esto en 1ra instancia.
Si lo que deseas saber es cómo reactivar las ventas de tu
negocio, empezaras indagando sobre los niveles de ventas en los últimos meses;
cuáles productos tuvieron menor y mayor demanda; que factores internos y
externos pueden influir; cómo está la competencia en este aspecto, y que están haciendo ellos que tú no has hecho, por
ejemplo.
Otro factor importante a considerar, es que una pregunta
poderosa debe estar bien formulada: debe ser clara, con términos entendibles y
no redundantes.
También debe ser oportuna porque hay momentos ideales para
formular preguntas y otros no.
¡Algo importante!: si la pregunta no cumple el objetivo, no
debemos desistir de preguntar.
Debemos darle vuelta a la pregunta, reestructurarla y rehacerla
de nuevo en los términos más adaptables y sencillos.
Algo que es crucial: Una pregunta poderosa debe estar dirigida
a la persona o entidad que está autorizada y capacitada para dar la respuesta. Si el interrogado es el equivocado, ya de por
si la pregunta perderá poder. ¿Estamos
claros?
Puede ser que no sepamos cual es esta persona o entidad a
indagar; entonces, es oportuno abrir un ciclo de preguntas exploratorias
previas para ubicar quien es el receptor correcto
a indagar.
Preguntas poderosas por categorías
De acuerdo a Donald J. Noone, un principio importante para
ser certeros a la hora de formular preguntas poderosas es dividirlas en categorías
que este experto bautizo con el nombre de generador de opciones.
La tesis de Noone es que categorizar las preguntas según propósitos es una metodología que te puede
ayudar a formular preguntas poderosas que te provean de respuestas claves.
A continuación de mostraremos algunas de las categorías (generadoras
de opciones) que presenta Noone en su libro que esperamos sean de tu utilidad. ¿Vale?
Categorías de preguntas:
Preguntas para adaptar: Acoplar una cosa a otra.
Por ejemplo: ¿Cómo podemos adaptar algo que es efectivo en
otra parte?, ¿Cómo se resuelve este problema si probamos otro método?, ¿Qué podemos
copiar o imitar?, ¿Cómo convertir el problema en una oportunidad?
Para renovar: Si la idea es cambiar las
condiciones de algo.
Ejemplo: ¿Cómo
podemos lograr que sea más rápido?, ¿Cuáles son las cosas que ya no resultan útiles?, ¿Qué puede eliminarse?
Para reorganizar: Cómo hago más eficiente el proceso.
Ejemplo: ¿Es
posible colocar los elementos de forma diferente?, ¿Se puede comenzar por el
final?, ¿Qué nuevos objetivos pueden establecerse?
Para cambiar: Qué puedo sustituir por otra cosa o
modificar.
Ejemplo: ¿Cómo
podemos hacer para acelerar los resultados?,¿Cómo podemos vender más?, ¿Cómo podemos
mejorar la calidad?
¿Qué más?: Que otra cosa puede agregarse.
Ejemplo: ¿Cómo podemos mejorar las gratificaciones ya
aprobadas?; ¿Qué otra idea puede servir para optimizar más lo obtenido?; ¿Qué más
podemos hacer?
Y si: Si nos atrevemos a…
Ejemplo: ¿Y si descubrimos un nuevo modo?,¿Y si lo dejamos así como esta?, ¿Y si probamos un tiempo para ver cómo funciona?
Para finalizar este escrito, te recordamos el siguiente axioma bíblico: “Pedí y recibiréis”. Es decir, para obtener la repuesta que necesitas, debes sencillamente preguntar. ¡Sin miedo y con inteligencia!
Bye Bye. ¡Hasta el próximo
post!
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