No solo de comida vive el hombre, así lo deja entrever Roberto Shinyashiki, médico psiquiatra brasilero, autor de emblemáticos libros de salud mental; destacando en sus investigaciones, que no solo sentimos hambre de alimento, ropa y vivienda (lo básico) sino que hay otros tipos de hambres, de las cuales no estamos muy conscientes, y que tenemos la necesidad de satisfacer. “Hambres” que conocerás en este escrito y te harán reflexionar
Así de tajante empieza el
psiquiatra brasilero Roberto Shinyashiki, la escritura del capítulo 3 titulado:
HAMBRES, capitulo que forma parte de uno
de sus primeros emblemáticos libros, dedicado al tema de las caricias (La
caricia esencial, así se llama), que escribió Shinyashiki a finales de la
década del 90 y reactualizo en el 2016.
Estas caricias no solo se
clasifican en palabras dulces, abrazos, besos, afecto, piropos, reconocimientos,
como usualmente las catalogamos, todo en positivo.
Según Shinyashiki, existen
varios tipos de caricias o de estímulos, incluso algunos de carácter negativos,
aunque nos parezca increíble!
“Cualquier tipo de estímulo hace que el individuo se sienta vivo”, afirma
Shinyashiki en su libro.
“Incluso, cuando ese estimulo es negativo, es mejor que el
abandono, es decir, no tener ningún estímulo, es mortal para el ser humano, así
lo deja ver.
Y es aquí cuando
Shinyashiki utiliza el símil del “hambre”
para explicar los tipos de estímulos o caricias que buscamos y necesitamos los
humanos, y nos explica varios tipos de “hambres” que, según sus
investigaciones, existen, y que nos
motiva a movernos.
Hambres que van desde
lo fundamental, lo básico, como la comida, la vivienda, la ropa; y otras “hambres”
de estímulos/caricias, de las cuales no somos muy conscientes, pero que son
reales, existen, están presentes, y son importantes que las conozcas. ¡Y para
eso estas aquí!
“El poder genuino de
satisfacer todas nuestras hambres, básicas y no, está en nosotros mismos”.
Por eso, conocer los
tipos de hambres que sentimos, es un primer paso y aquí vamos.
TIPOS DE HAMBRES,MAS ALLA DEL ALIMENTO,ROPA COMIDA
Y como decimos en el argot popular, “hemos entrado en materia”, y para ello, te
describiremos los tipos de “hambres” que este médico psiquiatra brasilero plantea
y describe en su excelente libro La Caricia Esencial.
Y
ahora sí! aquí están:
HAMBRE DE ESTIMULOS:
Todos necesitamos sentir sensaciones físicas y variar esas sensaciones para estimular los 5 sentidos. Roberto Shinyashiki describe en su libro algunas de estas hambres de estímulos, refiriéndose a cada uno de nuestros sentidos. Aquí un resumen:
Boca: En cuanto al
sabor, necesitamos comidas variadas. Ojos: Necesitamos colores y formas, necesitamos luz, gente atractiva, colores
dinámicos, o apacibles, que nos estimulen o nos calmen. Oídos: En cuanto al sentido de los oídos, necesitamos
el canto de los pájaros, música bonita, sonido del viento, voces de gente,
risas etc.
Olfato: En cuanto a
los olores, es algo muy personal, pero hay olores que enamoran. Y,
por último, el sentido del tacto. Una sábana suave (a quien no le gusta), un
baño con agua tibia, un zapato confortable para caminar... y las manos de la
persona amada. ¡Apetecibles! Claro que sí.
HAMBRE DE
CONTACTO:
Esta es una
de las principales “otras hambres”- aparte de lo básico- que Shinyashiki
destaca. ¿A quien no le gusta un abrazo de hermano; una mirada fraternal; un
guiño de ojos? Esa sensación de pertenecer a la especie humana que se
manifiesta a través de un contacto físico es imprescindible para nosotros.
HAMBRE DE
RECONOCIMIENTO:
Aquí
Shinyashiki vuelve hacer contundente al
enfatizar que el ser humano no sobrevive a la indiferencia. “Todos necesitamos
que nos reconozcan, es por ello que sentimos esa “hambre” de que las personas nos
identifiquen, nos saluden, y nos concedan algún valor”, afirma este
psiquiatra. Así comamos súper bien,
vistamos y vivamos en una casa bella, esta necesidad de sentir que tenemos
valor para otras personas, que somos importantes, y que otras personas son
importantes para nosotros; es parte de la naturaleza gregaria, de
interdependencia humana que no podemos negar, y se traduce en hambre de reconocimiento.
HAMBRE
SEXUAL:
No lo llamamos hambre, pero el deseo sexual es un hambre natural. Es como comer. Según Shinyashiki, lo sexual se ha idealizado demasiado. Siempre soñamos vivir el hambre sexual como la más gloriosa historia de amor, entre príncipes, con encuentros amorosos espectaculares, que vayan más allá de una simple eyaculación. Y la realidad, muchas veces es otra. Así este hambre crece y no se satisface, y seguimos intentándolo, así no lo reconozcamos. Es un hambre muchas veces interminable.
HAMBRE DE
ESTRUCTURAS:
Este es uno
de los tipos de hambres más curioso que destaca el autor de La Caricia
Esencial. Este psiquiatra asegura, que las estructuras son como puntos de
referencia que nos hacen ver el mundo de una manera organizada, estructurada. Por ejemplo, la ubicación de la cama de cierta
manera, los horarios de trabajo, tiempo de ocio que podemos aprovechar.
Las referencias
que nos indican lo permitido y no, lo correcto o no, son otros ejemplos.
Cuando perdemos
esas estructuras, que funcionan como referencias, nos sentimos confundidos,
indecisos, y se prenden las alertas para
activarnos a buscar alguna estructura (punto de referencia) que nos sirva de
guía para desenvolvernos en la cotidianidad. Esta hambre de estructuras nunca
cesa y se reactualiza, piensa en esto.
HAMBRE DE
ACONTECIMIENTOS:
Todos necesitamos
de acontecimientos que nos traigan sorpresas, emociones, novedades. La rutina agota,
porque nos sumerge en un hondo tedio.
Necesitamos
la belleza y la fascinación de lo inesperado, así lo califica Shinyashiki, para
agregar que la rutina, la repetición constante de cualquier cosa, por más
placentera que sea, nos produce ansiedad, tedio.
Y es allí
donde sentimos el hambre por algo nuevo, distinto, algo que nos traiga brillo,
un lugar, una nueva actividad, otra forma de hacer las cosas, un nuevo grupo,
un evento, conocer nuevas personas, cambiar de trabajo o modificar lo rutinario
y un largo etcétera.
¡Listo!! Hasta aquí la lista de las otras hambres.
Para finalizar,
queremos recalcarte que todas estas hambres, así como la comida, se pueden
manifestar con mayor o menos intensidad.
Para Shinyashiki, “estas
hambres varían de una persona a otra, cada quien con su apetito”, así lo deja bien claro en su emblemático libro
dedicado al tema de los “estimulos” y sus “hambres”, hambres que nos mantienen vivos.